Giving Somebody Your Heart

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Anonymous
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Image of the WeekRELACIONARTE DESDE EL CORAZÓN


En cada una de tus interacciones con otro ser humano – sin importar quién sea – siempre tienes básicamente dos alternativas a elegir.


(Aquí “elegir” es la palabra clave)


Una de ellas generalmente dará como resultado interacciones formales (aburridas), amables y correctas. Y lo que es más importante, ausencia de conexión.


La otra, lo habitual es que dé lugar a conversaciones interesantes, amorosas (amorosas, sí), animadas, amistosas, generosas, y de unión.


En todas tus interacciones compartes algo de tu manera de pensar: tu sabiduría, tus razonamientos; quizá el quién, el qué, el dónde, el cuándo y el por qué de tu existencia.


Hacer eso es fácil y no conlleva riesgo alguno. Apenas demanda inversión emocional por tu parte, y no permite que descubran cómo eres. Así puedes esconderte de otros (o de ti mismo/a, depende de cómo lo mires), y como no das siquiera la oportunidad de que te rechacen, pues te ahorras esa experiencia.


Lo opuesto es que te relaciones desde el corazón: que ofrezcas tu yo verdadero, tu presencia y atención sincera.


Eso es lo difícil, lo arriesgado. Algo que demanda gran inversión emocional por tu parte (hasta que deja de hacerlo). Implica que habites el momento presente y al hacerlo te lances a experimentar el agobio y el desafío que supone ese miedo.


En vez de tener que deliberar lo que vas a decir o hacer, permites que tus sensaciones internas guíen las palabras y actos que diriges a los demás.


Piensa en la frecuencia con la que te autocensuras y te callas. ¿Por qué? ¿Por qué no reconoces simplemente que lo que tienes que decir es valioso, a pesar incluso de que no te salga como querías? A continuación quizá puedas añadir: “vaya, eso ha sonado un tanto chapucero”, y después sueltas una carcajada.


Lo que hace falta es ejercer esta clase de sinceridad, momento a momento.


Aunque intimida, practicarlo es muy fácil, porque cuando te relaciones con otra persona siempre sabrás qué decir o qué hacer. El asunto es que necesitas tener el valor suficiente para hacerlo.


¿No ha llegado la hora de que aflojemos la tensión y nos sintamos menos solos e insatisfechos?


Autoría desconocida.


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