When You Don't Choose Love You Choose Fear


Image of the WeekCUANDO NO ELIGES AMOR, ELIGES MIEDO


Si en verdad pudiéramos entrar en ti y liberarte de todos y cada uno de tus miedos ¿cuán diferente sería tu vida? Piénsalo. Si no encontraras ningún impedimento para perseguir tus sueños, tu vida probablemente sería muy distinta. Esto es lo que aprenden los moribundos. La muerte nos pone frente a nuestros peores temores para que los miremos a la cara directamente. Eso nos ayuda a que veamos de qué otra manera sería esa otra vida, y al regalarnos esa visión, consigue hacer desaparecer lo que nos queda de miedo.


Lamentablemente, para cuando hemos perdido el miedo, la mayoría de nosotros somos demasiado viejos, o estamos demasiado enfermos para hacer aquellas cosas que hubiéramos hecho de no haber tenido miedo. […] De modo que una lección está clara: conviene que trascendamos nuestros miedos mientras aún somos capaces de realizar las cosas con las que soñamos.


Pero si queremos trascender el miedo debemos trasladarnos emocionalmente a otro lugar; debemos habitar en el amor. Felicidad, angustia, júbilo, rencor – tenemos montones de palabras para denominar tantas emociones como experimentamos en nuestras vidas. Pero en lo más profundo, en nuestro fuero interno tan solo existen dos emociones: el amor y el miedo. Todas las emociones positivas derivan del amor, y todas las negativas, del miedo. Del amor brota la felicidad, la satisfacción, la paz y la alegría; del miedo brotan la rabia, el odio, la angustia y la culpa.


Es verdad que solo existen dos emociones primarias: el amor y el miedo, pero es más preciso decir que lo único que puede haber es amor o miedo, ya que no podemos experimentar esas dos emociones juntas, exactamente en el mismo momento. Se trata de emociones opuestas. Si habitamos en el miedo no podemos habitar en el amor. Y cuando habitamos en el amor, no podemos experimentar miedo. ¿Puedes pensar en alguna ocasión en la que sintieras amor y miedo a la vez? Es imposible.


Hemos de decidir en cuál de las dos habitar. Aquí no existe la neutralidad. Si de manera consciente no eliges el amor, te hallarás en un lugar de miedo o de cualquier otra emoción relacionada con él. Cada circunstancia te ofrece la oportunidad para que elijas colocarte en lo uno, o en lo otro. Y es una elección que debemos hacer continuamente, especialmente en aquellas circunstancias difíciles en las que nuestro empeño para experimentar amor en vez del miedo, se ve comprometido.


El hecho de que elijas el amor no significa que nunca más vayas a experimentar miedo. De hecho, lo que quiere decir es que muchos de tus miedos aflorarán para que al fin puedan ser sanados. Se trata de un proceso continuo. Recuerda que después de elegir amor, sentirás miedo, de la misma forma que el hambre regresa después haber comido. Así como comemos para alimentar nuestro cuerpo y ahuyentar el hambre, debemos constantemente elegir el amor para que alimente nuestra alma y destierre el miedo.


--Elisabeth Kubler-Ross & David Kessler, de "Lecciones de Vida: Dos Expertos en la Muerte y el Morir Nos Enseñan los Misterios de la Existencia y la Vida”


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