Why DIY Devotion Doesn't Work

¿PORQUÉ LA DEVOCIÓN "HAZLO TÚ MISM@" NO FUNCIONA?



Ya no somos buscadores, somos compradores, no siempre comprando realmente, quizás solo mirando escaparates.

En una era donde la capacidad de atención se ha reducido, lo suficiente para manejar la brevedad de los videos de TikTok, el compromiso se mide en minutos. Hemos tomado lo sagrado y lo hemos convertido en un degustador. La espiritualidad se ha convertido en un bufé peculiar. Un poco de todo: atención plena, un poco de mantras, un toque de psicología, una pizca de astrología, y lo llamamos espiritualidad. A eso le añadimos un toque de zen, una cucharada de Krishna, un aroma a Jesús, y lo rematamos con una pizca de Rumi y un toque de "Leí El Secreto una vez". ¡Listo! Lo llamamos "mi propio camino espiritual".

En realidad, es más como comida rápida espiritual: práctica, rápida, reconfortante... y completamente carente de valor nutricional. En una era donde la creencia está marcada y la devoción se digitaliza, la salvación viene con una suscripción. Lo sagrado ha perdido su solemnidad.

Ya no nos rendimos, sino que seleccionamos. Ya no practicamos, sino que personalizamos. Y al hacer esto, amputamos las extremidades de la verdad, solo para exhibirnos con la prótesis de la conveniencia. Esto no es progreso. Es confusión pulida. Hemos construido un caos desordenado, confuso y mercantilizado.

Hemos confundido la Liberación con la pereza y la Disciplina con el dogma. ¿La sabiduría ancestral que pretendía despertar el alma? La hemos re envasado en retiros de fin de semana, jerga de autoayuda y estética de Instagram.


La espiritualidad es un horno, no una vela perfumada. Hemos pasado del *Agni a la aromaterapia. Un cambio de cantar mantras poderosos a murmurar afirmaciones, reenviarlas y añadir un "Sí" en los comentarios. Pasamos de venerar a gurús a seguir a “influencers” con anillos de luz y códigos de descuento.

Nuestros altares están abarrotados, nuestras mentes son caóticas, ¿y nuestras almas? Crónicamente desorientadas.

Seamos honest@s. La mayoría de nosotr@s tratamos la espiritualidad como tratamos los muebles de IKEA. Abrimos la caja, echamos un vistazo al manual, nos reímos, lo tiramos a un lado y decimos: «No necesito esto. Ya lo averiguaré». Tres horas después, estamos sentados en una silla torcida que rechina cada vez que intentamos encontrar la paz.


Pero aquí está la verdad incómoda: La trascendencia no es cómoda. No es casual. No es conveniente. Exige Entrega. Sudor. Silencio. Estructura.

* En sánscrito, "agni" significa "fuego". También se puede entender como la energía vital que impulsa la vida y la transformación.

Sumir Nagar es un buscador disfrazado de estratega, un vagabundo en un mundo de pizarras blancas. Cuenta con más de tres décadas de liderazgo global en tecnología financiera, transformación y gestión de crisis. Ahora, se dedica a explorar las intersecciones de la conciencia, la cultura y el caos. Ha vivido en cuatro continentes y viajado a unos cuarenta países.


PREGUNTAS SEMILLA PARA LA REFLEXIÓN: ¿Qué opinas de la idea de que nuestro enfoque moderno de la espiritualidad a menudo se asemeja a la "comida rápida espiritual", ofreciendo una experiencia conveniente pero superficial? ¿Podrías compartir una historia personal que ilustre un momento en el que te diste cuenta de que tus prácticas espirituales se centraban más en la comodidad que en el verdadero despertar? ¿Qué te ayuda a cultivar un compromiso con prácticas espirituales que exigen "Entrega, Sudor, Silencio, Estructura", en lugar de optar por la comodidad y la conveniencia?