Attachments Are Not Set in Stone

Author
Robina Courtin
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Image of the WeekLos Apegos no están Grabados en Piedra
--por Robina Courtin
El apego es una palabra muy simple, pero tiene múltiples facetas. En el nivel más fundamental es ese sentimiento de necesidad profunda dentro de nosotros; Esa creencia de que de alguna manera no soy suficiente, no tengo suficiente, y no importa lo que haga o lo que obtenga, nunca es suficiente. Entonces, por supuesto, porque estamos tan convencidos de que es verdad, anhelamos a alguien que está ahí afuera, y cuando encontramos a alguien que desencadena nuestros buenos sentimientos, nos apegamos a conseguir a esa persona, convencidos de que será quien satisfaga nuestras necesidades y nos haga sentirnos verdaderamente felices y contentos. Asumimos que es nuestra posesión, y casi una extensión de lo que somos.
Este apego es la fuente de todas nuestras otras emociones infelices. Porque está desesperado por conseguir lo que quiere, y en cuanto no lo hace -el momento en el que no te llama, o llega a casa tarde o mira a otra persona- surge el pánico y de inmediato se convierte en ira y después en celos o baja autoestima, o cualesquiera que sean nuestros viejos hábitos. De hecho, la ira es la respuesta cuando el apego no consigue lo que quiere. Todas estas suposiciones están arraigadas tan profundamente dentro de nosotros, y nos creemos estas historias tan totalmente, que parece ridículo incluso cuestionarlas. Pero tenemos que hacerlo. Y la única manera de hacerlo es conociendo nuestras propias mentes y sentimientos: en otras palabras, necesitamos aprender a ser nuestros propios terapeutas.
El hecho es que el apego, la ira, los celos y cualquier otra emoción dolorosa no están grabados en piedra; Son viejos hábitos, y sabemos que podemos cambiarlos. El primer paso es estar seguros de que conociendo bien nuestras propias mentes podemos aprender a distinguir las diversas emociones dentro de nosotros y aprender gradualmente a cambiarlas. El primer desafío consiste en creer realmente que puedes lograrlo. Y eso en sí mismo es algo enorme - sin ese paso estamos atrapados.

La siguiente etapa es apartarse de toda la charla interminable que hay en nuestras cabezas. Una forma realmente simple de hacer eso - ¡es tan sencilla que es aburrida! – sólo te lleva unos minutos cada mañana, antes de empezar nuestro día, sentarnos y centrarnos en algo. La respiración es un buen comienzo. No es nada especial; no hay truco; no es místico. Es una técnica psicológica práctica. Con determinación puedes decidir prestar atención a la respiración - la sensación en tus fosas nasales mientras inhalas y exhalas. En el momento en que su mente divague, vuelve a enfocarte de nuevo a la respiración. El objetivo no es hacer desaparecer los pensamientos; sino no involucrarse en ellos, y aprender a dejarlos ir y venir.
El resultado a largo plazo de una técnica como esta es una mente súper enfocada, y eso te llevará tiempo. Pero el beneficio casi inmediato será que, al intentar apartarnos de todas las historias en nuestra cabeza, comenzaremos a ser objetivos acerca de ellos y comenzaremos lentamente a desentrañarlos, a desconstruirlos y con el tiempo a cambiarlos. ¡Se dice que una de las señales de éxito es pensar que estamos empeorando! Pero no es así. Estamos empezando a oír las historias con más claridad, y es entonces cuando podemos empezar a cambiarlas.
Preguntas semilla para la reflexión: ¿Cómo te relacionas con la noción que nuestros apegos no están grabados en piedra? ¿Puedes compartir una historia personal de una vez que oíste tus historias claramente y las cambiaste? ¿Qué te ayuda a ser tu propio terapeuta?
La religiosa budista tibetana nacida en Australia Robina Courtin viaja por todo el mundo enseñando psicología y filosofía budistas y ayudando a los necesitados. Es bien conocida por su trabajo durante 14 años con personas en prisiones en EE.UU. y Australia, incluyendo a los presos del corredor de la muerte, la vida y el trabajo de Robina son los temas de la película de Amiel Courtin Wilson “Persiguiendo a Buda” (Chasing Buddha) .
 

Australian-born Tibetan Buddhist nun Robina Courtin travels the world teaching Buddhist psychology and philosophy and helping those in need. Well known for her work for 14 years with people in prisons in the US and Australia, including inmates on death row, Robina’s life and work is the subject of Amiel Courtin Wilson’s award-winning film Chasing Buddha.
 


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