Planetary Beings with Planetary Hearts

Author
Clare Dakin
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Image of the WeekSeres planetarios con corazones planetarios
por Clare Darkin

El instinto de encajar y sentirnos segur@s parece más fuerte (para mantener el status quo) para estar lo más cómod@s y aislad@s posible mientras rezamos como loc@s para que venga alguien más a ponerse a la altura y hacer que todo este maldito desastre desaparezca.

Voy a redefinirlo en este momento. Voy a decir que nuestro ser instintivo es la parte de nuestra esencia que se teje en la tela de toda la Naturaleza – nuestro ser planetario – la parte que está vibrando con la esencia de la vitalidad pura y la inteligencia de cada ser viviente, la parte que nunca ha sido y nunca podrá ser, separada del Planeta que vive y nos respira.

Dentro de mí, se siente como un fuego líquido. Es la esencia misma de la palabra esencial. [...]

¿Puedes sentirlo? Yo lo siento tan ferozmente que casi no puedo soportarlo y no creo que tenga más remedio que dejar que me invada y al diablo con las consecuencias. ¿Qué quiero de todos modos? ¿Mantener esta versión de mujer condicionada y temerosa que se aleja de la vida o permitir que la naturaleza me reeduque de pies a cabeza y de adentro hacia afuera en cuanto a lo que significa estar verdadera, responsable y incandescentemente viva?

Elijo esto último, aunque se sienta casi como estar muriendo mientras lo que no soy se quema y lo que es más intrínseco y menos conocido le remplaza. Digo que sí y quiero que todas nosotras digamos que sí, porque lo que realmente somos como mujeres, se necesita. Basta de jugar a la desconexión y a la seguridad – sólo nos ha llevado a donde estamos y donde estamos ahora es una vida devastadora y no podemos seguir con ella.

Hay otras formas más conscientes de convocar a ese fuego líquido y de empaparnos a nosotr@s mism@s con la vitalidad que está codificada en sabiduría evolutiva. La inteligencia de la Naturaleza ha estado latiendo a través de nosotras a cada segundo de nuestras vidas, pero hemos estado cegadas, separadas de ella, mal dirigidas en nuestra forma de pensar y dónde ponemos nuestra atención y valor.

¿Qué pasaría si colectivamente lo convocamos? ¿Qué tal si elegimos dirigirnos hacia esa marea creciente y no sólo decirle que sí, sino darle todo el permiso para que nos invada y reeduque poderosamente para que por fin podamos saber qué somos y lo que venimos a hacer?

Seres planetarios, con corazones de tamaño planetario, capaces de un amor planetario tan completo que no podemos permitir que nuestro legado sea otra cosa que una restauración ecológica completa. Esa es mi nueva definición del ser humano y por mi parte, sé que esto es en lo que me estoy convirtiendo – y si yo lo soy, ustedes también.


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