You Must Shout From The Heart

Author
Ken Wilber
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Image of the WeekDebes gritar desde el corazón
--por Ken Wilber


El hecho alarmante es que cualquier realización de la profundidad conlleva una carga terrible: aquell@s que tienen el permiso para observarla se enfrentan simultáneamente a la obligación de comunicar esa visión en términos inequívocos: ese es el trato. Se te permitió ver la verdad bajo el acuerdo de que lo comunicarás a otr@s. [...]

Y esta es verdaderamente una carga terrible, una carga horrible, porque de cualquier forma no hay espacio para la timidez. El hecho de que puedas estar equivocad@ simplemente no es una excusa: puedes tener razón en tu comunicación y puedes estar equivocad@, pero eso no importa. Lo que importa, como Kierkegaard nos lo recordó tan bruscamente, es que solo invirtiendo y hablando tu visión con pasión, la verdad, de una forma u otra, puede finalmente penetrar en la renuencia del mundo. [...]

Dada la medida de tu realización, propia y auténtica, ¿realmente estabas pensando en susurrar suavemente al oído de ese mundo casi sordo? No, amig@ mí@, debes gritar. Grita desde el corazón de lo que has visto, grita como puedas.

Pero no indiscriminadamente. Procedamos con cuidado con este grito transformador. Deja que pequeños compartimientos de espiritualidad radicalmente transformadora, espiritualidad auténtica, centren tus esfuerzos y transformen a sus estudiantes. Y deje que estos compartimientos, lenta, cuidadosamente, responsablemente, humildemente, comiencen a difundir su influencia, al abrazar una tolerancia absoluta por todas las perspectivas, y al mismo tiempo de intentar abogar por una espiritualidad verdadera, auténtica e integral, con el ejemplo, con la luminosidad, con una divulgación obvia, con una liberación inconfundible. Deje que esos compartimientos de transformación persuadan suavemente al mundo y su renuencia, y desafíen su legitimidad, y desafíen sus traducciones limitadas y que ofrezcan un despertar frente al entumecimiento que atormenta al mundo en general.

Que empiece aquí mismo, ahora mismo, con nosotr@s, contigo y conmigo, y con nuestro compromiso de respirar hasta el infinito hasta que solo el infinito sea la única declaración que el mundo va a reconocer. Que una realización radical brille de nuestros rostros, y ruja desde nuestros corazones, y truene desde nuestros cerebros; este simple hecho, este hecho obvio: que tú, en la inmediatez de tu conciencia actual, eres de hecho todo el mundo, con toda su escarcha y fiebre, en todas sus glorias y su gracia, en todos sus triunfos y sus lágrimas. Tú no ves el Sol, eres el Sol; tú no oyes la lluvia, eres la lluvia; tú no sientes la Tierra, eres la Tierra. Y en ese aspecto simple, claro e inequívoco, la traducción ha cesado en todos los dominios, y tú te has transformado en el mismísimo Corazón del Kosmos, y allí, allí mismo, muy sencillamente, muy silenciosamente, todo se deshace.

La maravilla y el remordimiento serán ajenos para ti, y el yo y l@s demás te serán ajenos, y el exterior y el interior no tendrán ningún significado en absoluto. Y en ese obvio shock de reconocimiento, donde mi Maestro es mi Ser y ese Ser es el Kosmos en general, y el Kosmos es mi Alma, caminarás muy suavemente hacia la niebla de este mundo y lo transformarás por completo sin hacer nada en absoluto.

Preguntas semillas para reflexionar: ¿Cómo te relacionas con la noción de que eres, de hecho, el mundo entero, en todos sus triunfos y lágrimas? ¿Puedes compartir una historia personal de alguna vez en la que un grito transformador rugió desde tu corazón? ¿Qué te ayuda a proceder con cuidado con tu grito transformador?
 

Excerpt from his book One Taste


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